Contando

17 agosto 2019
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Me encantaba tumbarme a tu lado y contar los lunares de tu espalda como si fueran estrellas. Y nos reíamos porque yo me equivocaba y tenía que volver a empezar una y otra vez. Los dos sabíamos que era una excusa para no dejar de acariciarte y así, contando, contando, creaba constelaciones.